De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Rockwell 1997 es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
Rockwell 1997 basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.
Este logo combina las formas geométricas sin que ello le reste movilidad y ligereza, el resultado es elegante pero fresco.