Este logo es producto de las innovaciones tecnológicas que caracterizan el siglo pasado y que tanto han influido en el arte, es hijo y representante de su tiempo.
Se distingue por su extremado buen equilibrio, unido a originalidad y excelencia formal.
De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Oster 2006 es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
Oster 2006 basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.
Muestra ideal para ejemplificar las bases gráficas que sustentan un logotipo bien hecho.