De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Mark VIII es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.
La belleza de este logotipo se basa en la justa importancia de sus vacíos dentro del cuerpo de la forma.
El logo Mark VIII está ejecutado con tanta precisión que no resultará jamás un problema colocarlo.
Este logo combina las formas geométricas sin que ello le reste movilidad y ligereza, el resultado es elegante pero fresco.
Muestra ideal para ejemplificar las bases gráficas que sustentan un logotipo bien hecho.
Mark VIII es una perfecta muestra de cómo un logotipo se convierte en imagen inconfundible de su marca.
Se distingue por su extremado buen equilibrio, unido a originalidad y excelencia formal.
Mark VIII basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.
Mark VIII cohesiona a la perfección la imagen de un logotipo moderno y a la vez tradicional convirtiéndolo en atemporal.