Se distingue por su extremado buen equilibrio, unido a originalidad y excelencia formal.
Dharma basa su éxito en la fuerza de su gama cromática que rompe el espacio convirtiéndose en protagonista.
De entre los logos que podrían convertirse en clásicos, Dharma es de los aspirantes más aventajados por la exactitud de sus formas y peso.